Rector Líder Transformador: Maestro de Vida
Foto: Daniel Rey
Educar requiere crear las condiciones necesarias para que cada uno llegue a ser lo que tiene el potencial de llegar a ser. El estudiante, los padres de familia, el maestro, el rector y todos los que los rodean, cada uno con diferentes roles y responsabilidades, son los jardineros que pueden proveer la tierra, el abono, el agua y el cuidado para que la semilla se desarrolle adecuadamente, y llegue a convertirse en el árbol que esta llamado a ser, capaz de resistir las inclemencias del clima y dar frutos abundantes y de calidad.
Los educadores acompañan, guían y orientan al estudiante para que investigue, comprenda, seleccione, defina prioridades y aproveche el conocimiento y la experiencia de todos los que le precedieron, conozca distintas culturas, civilizaciones, logros y fracasos de la humanidad, seres humanos que se han destacado en distintas épocas, en diferentes campos. Con el conocimiento y la sabiduría adquiridos el estudiante va descubriendo, viviendo, experimentando, analizando, reflexionando y definiendo quien es, como es, donde esta, de donde viene y a donde quiere llegar y puede desarrollar competencias, habilidades, actitudes, hábitos y comportamientos que le permiten vivir plenamente, convivir y aportar al mejoramiento de los que le rodean.
Para poder educar, guiar y orientar al estudiante se requiere que todos los educadores tengan clara su filosofia de vida: su razón de ser, su misión, el sentido de su vida, su visión, a donde quieren llegar, que quieren haber logrado al final de su vida, cuales son sus creencias y valores, y tengan respuestas a preguntas fundamentales como que es la vida, que es una vida bien vivida, para que vale la pena vivir y todas las que para cada persona y cultura sean importantes, pues definen motivaciones y actitudes. Los diferentes educadores van transmitiendo cada uno su propia filosofia y corresponde al estudiante comprender y cuestionar todas ellas para encontrar la suya.
Una educacion de calidad tiene que formar seres humanos integrales capaces de definir su propia filosofia de vida para con base en ella diseñar un proyecto de vida donde se planteen áreas de desarrollo personal, metas, estrategias y acciones para alcanzarlas. Cada persona tiene la capacidad de escoger, en las distintas etapas de su vida, cuales son sus áreas prioritarias de desarrollo, por ejemplo intelectual, espiritual, profesional, familiar, física, financiera, social o cultural para buscar el equilibrio que le sea adecuado. Una buena filosofia y un buen proyecto de vida facilitan a cada uno identificar sus motivaciones, desarrollar actitudes, hábitos y capacidad de discernimiento que le permitan escoger, tomar decisiones y comportarse en forma adecuada en cada situación y circunstancia. Los procesos de aprendizaje y desarrollo requieren adquirir el habito de planear lo que se quiere hacer, ejecutarlo, evaluar y corregir para mejorar permanentemente. Seres humanos que tienen un alto ideal en la vida y que avanzan continuamente en su mejoramiento personal van logrando equilibrio y realización.
La experiencia nos muestra que el rector juega un papel fundamental en todos estos procesos pues a través de su ejemplo y liderazgo, partiendo de lo que el es, sus creencias, valores, actitudes, hábitos y comportamientos moldea una cultura organizacional, un clima escolar que facilita que todos los miembros de la comunidad educativa avancen hacia su desarrollo integral. Cuando el rector comienza por gerenciarse a si mismo, definir una filosofia, un proyecto de vida y un proceso de mejoramiento personal y sus pensamientos, palabras, acciones y comportamientos son ejemplares y coherentes se convierte en un maestro de vida para sus docentes, estudiantes, padres de familia y comunidad.
El rector y su equipo directivo, basados en lo que ellos son, definen la orientación estratégica de la institución educativa: su misión, visión, creencias, valores, metas, estrategias y acciones clave para lograr los resultados deseados. También definen los procesos, métodos, sistemas y procedimientos mas adecuados y la cultura organizacional actual y deseada, que conduce a que a través del ejemplo se formen seres humanos integrales capaces de aprovechar todas sus potencialidades y avanzar hacia su plena realización. La cultura organizacional es la que hace que cada institución educativa sea única, es la impronta que define su ADN y refleja lo que son el rector y su equipo directivo, por esto la importancia de que el rector asuma la responsabilidad de crecer y desarrollarse como ser humano integral y como líder formador y transformador, inspirador, orientador y animador de los procesos clave de la institución, ejemplo de aprendizaje, crecimiento y desarrollo personal e impulsor del desarrollo integral de todos los integrantes de la comunidad.
Alberto Espinosa López
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